Berliner


La receta de esta semana es el Berliner o también conocido como Berlinesa, berlina, berlín, bola de Berlín, borla de fraile, bollo, bola de fraile, bomba, cremita, berlini o pavita. Es una masa dulce con forma esférica frita en grasa o aceite y rellena de mermelada o algún tipo de crema. Es un dulce tradicional de la repostería de Alemania, Austria y Europa Central, recibiendo en la primera el nombre de Berliner Pfannkuchen, aunque en la actualidad se encuentra presente en muchos otros países como consecuencia de la emigración germana. En el sur de Alemania y Austria también se conoce como Krapfen.

El Berliner Pfannkuchen se elabora con harina, leche, azúcar, manteca, huevo, levadura, esencia de vainilla, ralladura de limón y sal. Luego de frita es espolvoreada con azúcar glas o se cubre con azúcar común. Su masa es muy similar a la de los dónuts, pero a diferencia de ellos, los Berliner tienen forma redonda y mermelada adentro.

Origen

Una leyenda popular, que data del año 1756, relaciona al Berliner con Federico el Grande. Federico II de Prusia, también conocido como Federico II el Grande (en alemán: Friedrich der Große), fue el tercer rey de Prusia​ (1740-1786). Perteneciente a la Casa de Hohenzollern, hijo de Federico Guillermo I y Sofía Dorotea de Hannover. Se le conoce por sus victorias militares y por su reorganización del ejército prusiano, sus tácticas y maniobras innovadoras, y por el éxito que obtiene en la Guerra de los Siete Años, pese a su situación casi desesperada.
La leyenda cuenta que un pastelero berlinés quería servir a Federico el Grande como artillero, pero ciertos problemas de salud lo declaraban "no apto". No obstante el rey Federico le convirtió en panadero de campaña del regimiento, permitiéndole de esta forma permanecer en él. Él para agradecer esta cortesía inventó los berliner con forma de bola de cañón en honor al rey. Como no poseía hornos al aire libre, en lugar de cocerlos, los freía en sartenes llenas de manteca, de ahí el nombre de Pfannkuchen (pastel a la sartén).

Denominación

Si bien su origen es alemán, la inmigración germana a América ha logrado introducir este plato dulce en algunos países de Hispanoamérica, a tal punto que se lo considera un bocado recurrente de la cocina local. De acuerdo al país en donde los colonos alemanes se han asentado, ha adoptado una denominación más o menos parecida:

En Argentina y Uruguay se las suele llamar "bolas de fraile" , además de "berlinesas". El nombre parece hacer alusión a las borlas, que el fraile tenía colgando de su vestimenta. Según cuenta la Historia, en 1887 se creó por iniciativa de los anarquistas italianos Errico Malatesta y Ettore Mattei la llamada Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos en la Ciudad de Buenos Aires. Al año siguiente, panaderos organizados por el anarquista Errico Malatesta decidieron protestar, dejando de trabajar y colocándole nombres irónicos a sus productos de panadería. Esto se debe a que los anarquistas siguen una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno y, por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social. Es por ello que a finales del siglo XIX, panaderos anarquistas y comunistas se burlaron de diferentes instituciones como la policía, el ejército y la Iglesia Católica, nombrando a sus productos de panadería y repostería con nombres tales como: vigilantes, cañoncitos, bombas, los suspiros de monja, sacramento, bolas de fraile, etc. En ambos países existen variantes rellenas con dulce de leche, dulce de membrillo o crema pastelera. Es un dulce típico argentino y uruguayo a la hora del desayuno o para acompañar el mate.

En Chile se les llama "berlín", a raíz de la repostería alemana que fue introducida por los inmigrantes de aquel país en Chile desde mediados del siglo XIX, generalmente se las rellena con crema pastelera, manjar o mermelada (que suele ser de membrillo, durazno, damasco o ciruela). Aquí se preparan de dos maneras distintas: Fritos y al horno y se les agrega azúcar flor en la parte superior.

En EEUU se las conoce como “Jelly doughnut” aunque el nombre es un tanto confuso ya que no es particularmente considerada una doughnut por no tener un hueco en el medio y tampoco está rellena de gelatina o mermelada alta en pectina, sino con dulce o crema.

Costumbre

La berlinesa se elabora principalmente en Nochevieja y en carnaval. En tales fechas se realiza la broma de elaborar algunas de las berlinesas con relleno de mostaza en lugar de su tradicional confitura, se realiza esto sin que se pueda notar en su apariencia exterior. Antes sólo era posible comprarlas en dichas fechas festivas, hoy en día sin embargo están disponible en las pastelerías durante todos los días del año.

Ingredientes

125ml leche tibia
100g manteca o margarina
500g harina
1 paq. levadura seca
30g azúcar
1 cdta. sal
2 huevos
1 yema
Azucar glas para espolvorear
Mermelada, dulce de leche, Nutella para rellenar

Zutaten

125ml warmes Milch
100g Butter oder Margarine
500g Mehl
1pck. Trockenbackhefe
30g Zucker
1pck. Vanillin-Zucker oder Vanille Essenz
1TL Salz
2 Eier
1 Eigelb
Puderzucker
Konfitüre oder Nutella

Direcciones

En un bowl colocamos la harina, la levadura seca y el azúcar y mezclamos. Luego agregamos la sal. Esto evitará que la sal entre en contacto directo con la levadura para que no la queme.
A continuación agregamos los huevos y la yema. Calentamos la leche y la manteca en el microondas o en una olla hasta que la manteca se derrita o ablande lo suficiente para incorporar a la mezcla (no debemos hervir la leche o quemaremos la levadura). Colocamos la leche en el bowl con los otros ingredientes y amasamos a máquina o a mano.

Amasamos unos minutos hasta tener una masa suave y pareja. Hacemos un bollo y dejamos reposar en el bowl, cubierto con papel film y un repasador hasta que duplique su tamaño. 

Una vez leudada, cortamos la masa en porciones iguales. Yo decidí hacer 12, pero podemos hacer más o menos dependiento del tamaño que queramos que el Berliner sea. 

Con la mano en forma de garra, amasamos los bollos individuales hasta que tengan forma circular.
 
Una vez amasados todos los bollos dejamos descansar por unas horas cubierto con papel film.
Una vez leudados los Berliner, ponemos una buena cantidad de aceite en una olla (los bollos deben flotar en el aceite) y ponemos a calentar a temperatura media.
Cuando el aceite ya esté a temperatura colocamos los bollos de a 2 o 3 y freímos por 2 o 3 minutos de cada lado. Para saber si el aceite está a la temperatura adecuada, podemos poner un poquito de masa en él y probar. Si burbujea mucho, quiere decir que el aceite está muy caliente. La temperatura adecuada va a provocar burbujas pequeñas alrededor del berliner, y se va a dorar lentamente. Si el aceite está muy frío, el berliner va a quedar grasoso.

Una vez dorado de cada lado, retiramos de la olla y ponemos sobre papel secante para absorver cuaquier resto de aceite. Inmediatamente ponemos el berliner en azúcar común o glas cubrimos ambos lados. Dejamos entibiar.

Mientras los Berliner están todavía tibios, rellenamos una manga de repostería (con un pico tipo aguja preferentemente) con el relleno a elección. Yo utilicé, en esta ocasión, mermelada de frambuesa y dulce de leche.
Una vez rellenos, podemos disfrutarlos todavía tibios con una mate, te o café.


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