Glühwein


La receta de esta semana es el Glühwein (o vino caliente). Esta es una de las bebidas más típicas de los mercados navideños alemanes, ya que la época de más frío en el hemisferio norte se da en los meses de noviembre, diciembre y enero. Pero en este hemisferio no necesitamos esperar a Navidad para prepararlo. Y con los días fríos que nos acontecen ultimamente, esta receta viene "como anillo al dedo" para calentar un poco el cuerpo.

Origen

La historia de esta bebida tiene su raíz en Roma. Los romanos lo llamaban Conditum Paradoxum, que no era otra cosa que vino caliente aromatizado con miel, pimienta, laurel, azafrán, dátiles asados y pasas. Se bebía por sus propiedades medicinales otorgadas por las hierbas y especias.
Ya en la Edad Media, se habla del vino hipocrás (atribuido al médico griego Hipócrates), que a diferencia del romano llevaba canela, clavo y jengibre, y también se tomaba caliente, ya que servía para combatir el frío de la temporada invernal.
Con el tiempo, en países como Alemania, dónde las temperaturas llegan a descender hasta varios grados bajo cero durante el invierno, se ha hecho muy popular la receta antigua del vino caliente, eso sí, con algunas variaciones. Y con el paso de los años se ha convertido en parte de las celebraciones prenavideñas. Así es el caso del Glühwein (vino caliente especiado alemán), tan popular en los Weihnachstsmärkte (mercados navideños alemanes).

Actualmente es una preparación muy popular que consiste en vino, algún endulzante como miel, almíbar o azúcar y distintas especias. Por ejemplo en Polonia se le conoce como grazniec y el ingrediente que le caracteriza es la miel, en Hungría el forralt bor lleva clavo de olor y en Francia la canela es clave en el vin chaud porque esta especia le suma un suave toque de picor.
No importa el lugar donde se prepare, lo importante es no dejar que el vino hierva, porque se evapora el alcohol. Lo ideal y recomendable es cocinarlo a fuego lento y, poco a poco, ir agregando los demás ingredientes. 
Se puede utilizar vino tinto o blanco, si se opta por el segundo, la recomendación es agregar azúcar para conseguir un mejor sabor. De preferencia que el vino sea de calidad media ya que uno de baja calidad al calentarlo perjudica gravemente el estado del mismo y puede amargar el sabor. Los vinos que mejor funcionan para preparar esta bebida son los jóvenes y afrutados y con pocos taninos (elementos de textura que hacen que el sabor del vino sea áspero).
Otro tip que se debe tomar en cuenta es evitar utilizar ollas de aluminio para no provocar un extraño sabor metálico en el vino, lo mejor es emplear una olla de acero inoxidable, cerámica o vidrio resistente al calor.

Ingredientes:


2 naranjas
3/4 taza de agua
1/4 taza de azúcar (blanca, rubia, mascabo, negra) el azúcar sin refinar aporta un sabor distinto y muy especial
20 clavos de olor (puede ser menos)
2 ramas de canela
2 estrellas de anís
1 botella de vino tinto

También se puede agregar laurel, gengibre, semillas de anís, o nuez moscada, pero esta es la receta que, según mis catadores, "mejor le da a la tecla".

Zutaten:

2 Orangen
3/4 Tasse Wasser
1/4 Tasse Zucker 
20 Nelke (oder weniger)
2 Zimtstangen
2 Sternanis
1 Weinflasche

Preparación:

Pelamos una de las naranjas con un pelapapas (tratando de sacar solamente la parte de color y no la parte blanca ya que es amarga) y luego cortamos al medio y exprimimos el jugo. Dejamos aparte.

Tomamos la otra naranja y la cortamos en gajos de aproximadamente 5mm de espesor. Enterramos algunos clavos de olor en esos gajos.

En una olla a fuego medio/alto colocamos el agua junto con el azúcar y calentamos hasta disolver el azúcar. 
Una vez disuelta, agregamos el jugo de naranja, la cáscara, los clavos restantes, la canela y el anís, y dejamos cocinar unos minutos hasta obtener un almíbar especiado. En esta oportunidad no conseguí anís, por lo tanto no le puse. En este paso también podemos agregar los gajos de naranja o agregarlos junto con el vino.

Reducimos el fuego y colocamos el vino. Lo dejamos cocinar por al menos 20 minutos, pero recomiendo cocinar por más tiempo siempre y cuando lo controlemos y evitemos que hierva. 

Una vez pasado el tiempo de cocción, lo servimos en tazas con un cucharón y utilizamos un colador para evitar que las especias pasen a la taza. Podemos agregar cáscara de naranja o una rodaja para decorar.

Ahora sólo falta sentarnos en el sillón y disfrutar!

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